“¿Eres lo que comes?” o “¿eres lo que escuchas?”
Sabemos que no puedes encasillar a alguien por la música que escucha, pero sin duda, lo que escuchamos tiene un efecto inmediato en nuestro estado de ánimo y por qué no, en nuestra forma de ser.
“Oye y tú ¿qué música escuchas?” , todos lo hemos dicho y nos lo han preguntado. Pasó de ser una pregunta curiosa para romper el hielo a un nivel científico digno de estudio.
Siempre hay tiempo para este tipo de trabajos, por ello investigadores de la Universidad de Cambridge llevaron a cabo el estudio para relacionar la personalidad con las preferencias musicales. El objetivo, definir qué dice sobre nuestra forma de ser la música que escuchamos.
El ejercicio consistió en probar la forma de actuar y pensar de 4000 personas, luego se prosiguió a conocer sus gustos en cuanto a música, escuchando 50 fragmentos de música de toda la gama de géneros posibles.
La investigación arrojó dos grandes grupos, “Los Empáticos” y “Los Sistematizadores”. El primer grupo es el de las personas sensibles y fácil para comunicarse, mientras los otros son los pragmáticos y metódicos.
Los Empáticos suelen tener tendencias hacia la música con carga sentimental muy fuerte como las baladas o el Rock suave, también géneros como el R&B y el Folk suelen ser de su agrado. Los Sistematizadores tienen gustos hacia la música clásica, el hard rock y el heavy metal.
Las diferencias, según la investigación, se basa en que del lado empático se busca algo más melódico y estable; caso contrario de los sitematizadores que pueden ser más fanáticos de piezas complejas de jazz o música clásica, aunque también gustan del hard rock como Led Zeppelin.
Quizá sirva como ejemplo The Beatles, banda (casi) universalmente amada, siendo un grupo el que ama su versión romántica de un inicio, en contraste con la segunda que puede ser adepta a los temas más intensos del cuarteto de Liverpool.
Por supuesto que existe el punto intermedio, las personas que no se consideran ni una ni otra suelen escuchar y tener variedad de gustos musicales sin caer en ningún extremo.
Ser abierto al cambio
Como en muchos ámbitos de la vida, llegan momentos en los que se deben hacer “austes” en nuestros hábitos y actitudes. Las personas así, suelen tener un acervo musical mayor al resto, pues siempre buscarán algo distinto y nuevo que escuchar.
Y no, el experimento no incluyó ni Reggaetón ni Trap . . . quizá en algún futuro.
¿Y tú, qué música escuchas?